Por lo visto el riego es una de las herramientas más importantes para el desarrollo correcto de un bonsai. Me refiero a saber manejar el riego teniendo en cuenta la especie del arbol, la fase en la que se encuentra en cuanto al diseño, el tamaño de la hoja que quieres alcanzar, etc...
Porque claro, más o menos todos tenemos claro cuando y de que manera tenemos que regar para que el bonsai siga vivo. Sin embargo el control del riego como herramienta de diseño me resulta a priori sumamente complicado.
Por otro lado creo yo que todos los que pasamos tiempo observando nuestros árboles, día tras día, fijándonos en los detalles de su evolución, desarrollamos una, digamos, intuición que nos susurra al oido cuando debemos regar y cuando no, a modo de conciencia. Me da a mi que esto no solo no es suficiente sino que nos puede llevar por mal camino.
Pero bueno, la idea de esta entradilla no es hablar de este riego, sino del riego automático, el riego traidor que lo llamo yo. El año pasado perdí un granado nejikan bien majete por culpa de una mala planificación del riego automático, mientras me ausentaba unos días de casa. Solo hicieron falta tres días de verano con calor+viento para que se fuera al otro barrio. Ya de por si el viento es peligroso para los bonsais por muchas razones, pero si mezclamos viento con calor, a no ser que tengas bien hidratados los árboles, la cosa es de lo más peligroso.
El caso es que este año me propuse realizar otro sistema dado que tenía claro que el que tenía instalado no era para nada el adecuado. Yo usaba esos microdifusores que venden en todos los centros de bricolaje y en algunos árboles clavaba unos goteros bastante incomodos de regular.
Asi que pedí consejo al profe Escohotado y me dijo que él utilizaba unas lanzas de riego un tanto peculiares. Me hizo un dibujo pero no logré encontrar ni ver nada parecido. A la semana siguiente trajo al taller una de esas lanzas, pero aun asi no encontre vivero alguno donde las vendieran. En un vivero las vi pero no las comercializaban, solo las tenían para regar ellos, mira tú.
Al final me toco comprarlas online en la única tienda de bonsais donde las encontré, y no solo las lanzas, sino tambien el tubo-manguera (de 3.5mm) y los conectores en T y los que unian este con la manguera madre, que tambien eran de una medida que no encontré pues todo lo que venden en los viveros que he visto o en los centros de bricolaje es de mínimo 4 mm. Vamos que me salió carillo.
Las ventajas de este sistema con respecto al 'tradicional' son varias. Por un lado y dado que el agua se "escapa" por una pequeña fisura que queda entre el tubo y el plástico y que acaba en un resbalón que la orienta, se necesita menos agua. El agua va donde tú quieras que vaya (describiendo un pequeño arco), ya que puedes orientar la lanza según te convenga, pero siempre al sustrato. En un minuto o dos a lo sumo riegas todos los árboles.
Otra ventaja es que no se produce una acumulación de cal en la salida del agua, como en los microdifusores que usaba antes y que los inutilizaba o disminuia su caudal con el consiguiente problema, si no te dabas cuenta.
Ademas, las lanzas tienen otro conector al tubo que condena la salida del agua, de manera que si te interesa no regar un árbol en concreto puedes quitar el tubo de un lado y ponerlo en el otro para que el agua no salga, asi de simple. Casi siempre las cosas menos sofisticadas y más sencillas son las mejores.
En fin, que este año no he perdido ningún árbol. De momento...