lunes, 30 de agosto de 2010

Riego

Por lo visto el riego es una de las herramientas más importantes para el desarrollo correcto de un bonsai. Me refiero a saber manejar el riego teniendo en cuenta la especie del arbol, la fase en la que se encuentra en cuanto al diseño, el tamaño de la hoja que quieres alcanzar, etc...
Porque claro, más o menos todos tenemos claro cuando y de que manera tenemos que regar para que el bonsai siga vivo. Sin embargo el control del riego como herramienta de diseño me resulta a priori sumamente complicado.

Por otro lado creo yo que todos los que pasamos tiempo observando nuestros árboles, día tras día, fijándonos en los detalles de su evolución, desarrollamos una, digamos, intuición que nos susurra al oido cuando debemos regar y cuando no, a modo de conciencia. Me da a mi que esto no solo no es suficiente sino que nos puede llevar por mal camino.

Pero bueno, la idea de esta entradilla no es hablar de este riego, sino del riego automático, el riego traidor que lo llamo yo. El año pasado perdí un granado nejikan bien majete por culpa de una mala planificación del riego automático, mientras me ausentaba unos días de casa. Solo hicieron falta tres días de verano con calor+viento para que se fuera al otro barrio. Ya de por si el viento es peligroso para los bonsais por muchas razones, pero si mezclamos viento con calor, a no ser que tengas bien hidratados los árboles, la cosa es de lo más peligroso.

El caso es que este año me propuse realizar otro sistema dado que tenía claro que el que tenía instalado no era para nada el adecuado. Yo usaba esos microdifusores que venden en todos los centros de bricolaje y en algunos árboles clavaba unos goteros bastante incomodos de regular.
Asi que pedí consejo al profe Escohotado y me dijo que él utilizaba unas lanzas de riego un tanto peculiares. Me hizo un dibujo pero no logré encontrar ni ver nada parecido. A la semana siguiente trajo al taller una de esas lanzas, pero aun asi no encontre vivero alguno donde las vendieran. En un vivero las vi pero no las comercializaban, solo las tenían para regar ellos, mira tú.





Al final me toco comprarlas online en la única tienda de bonsais donde las encontré, y no solo las lanzas, sino tambien el tubo-manguera (de 3.5mm) y los conectores en T y los que unian este con la manguera madre, que tambien eran de una medida que no encontré pues todo lo que venden en los viveros que he visto o en los centros de bricolaje es de mínimo 4 mm. Vamos que me salió carillo.

Las ventajas de este sistema con respecto al 'tradicional' son varias. Por un lado y dado que el agua se "escapa" por una pequeña fisura que queda entre el tubo y el plástico y que acaba en un resbalón que la orienta, se necesita menos agua. El agua va donde tú quieras que vaya (describiendo un pequeño arco), ya que puedes orientar la lanza según te convenga, pero siempre al sustrato. En un minuto o dos a lo sumo riegas todos los árboles.
Otra ventaja es que no se produce una acumulación de cal en la salida del agua, como en los microdifusores que usaba antes y que los inutilizaba o disminuia su caudal con el consiguiente problema, si no te dabas cuenta.
Ademas, las lanzas tienen otro conector al tubo que condena la salida del agua, de manera que si te interesa no regar un árbol en concreto puedes quitar el tubo de un lado y ponerlo en el otro para que el agua no salga, asi de simple. Casi siempre las cosas menos sofisticadas y más sencillas son las mejores.




En fin, que este año no he perdido ningún árbol. De momento...


miércoles, 18 de agosto de 2010

Alambrado





La semana pasada me lancé y me puse a alambrar la azalea que os mostré en la entrada anterior. La colocación estaba más o menos encauzada, pero las ramas tendían todas a subir en el extremo, y otras a mi modo de ver sobraban claramente. Viendo con detalle la foto detecto numerosos errores en el alambrado, pero esto me servirá para mejorar el próximo que realice. He de estar muy pendiente porque el alambre se marca en las azaleas con mucha rapidez. También he puesto algunos tensores para bajar ramas que de otra manera no habría sido posible.

Si os digo la verdad, este es el primer arbol serio que alambro en su totalidad, y cada vez me gusta más. Eso de buscar los caminos más adecuados para pasar el alambre es bastante adictivo, aunque al principio desespera porque tienes que desalambrar muchas veces por lanzarte prematuramente.







También me he dado cuenta de que falta que algunas ramas crezcan un poco más (se puede apreciar en la última foto) para conseguir el efecto escalera (si lo puedo llamar así) que es de lo que se trata.
Todavía existen ramas que entiendo que sobran, aunque de momento no voy a quitarlas. Ya veremos.

lunes, 2 de agosto de 2010

Azalea



Con el alma en vilo me ha tenido el arbol que probablemente tenga más 'valor' entre todos los que poseo. Decidí guisármelo yo solo y aunque se preveía un transplante complicado, teniendo en cuenta el que considero mi nivel, lo llevé a cabo sin ayuda.
En la foto de arriba la veis recién comprada.




Un error que cometí fue dejarle practicamente todas las flores llevado por el entusiasmo de verlo en su esplendor. Otro posible error consistió en la época en que lo realicé, que fue después de la floración. Prácticamente ya opina todo el mundo (en contra de lo que antes se pensaba y pone en los libros, no solo japoneses sin también españoles) que el transplante ha de hacerse cuando empieza a brotar, al menos en zonas climáticas como la mía: calor, sol y falta de humedad.





Sin embargo, viendo que se me había pasado el tiempo y que no tenía tampoco una maceta adecuada, y además movido por experiencias anteriores con buenos resultados, me decidí a hacer el transplante tras la floración, hace un mes y pico, creo recordar.
No quise hacer fotos del proceso para no distraerme, así que lo únco que tengo es las fotos del antes, y la del después ya completamente brotada.
Después del trasplante protegí el arbol del sol con un toldo improvisado que levantó las críticas de mi mujer, e instalé un pulverizador que se ponía en marcha varias veces al día.
Me llevé una sorpresa grata en cuanto a la base, bajo el nebari, puesto que pensaba que él sustrato estaría de la misma manera que en el resto de las zonas (como una piedra), pero la verdad es que estaba bastante planito y la kanuma estaba suelta porque apenas había raices.
Finalmente dejé las ramas a dos hojas y le puse una velita a todos los santos que conozco y no me conocen.
De momento la cosa ha funcionado y la azalea no para de brotar por todos los lados.
Ahora debo aclarár ideas y dudas en cuanto a la colocación de las ramas. No me he atrevido a alambrarlo para no darle más caña.