jueves, 3 de febrero de 2011

Nejikan

Febrero 2007
Este pequeño granado es un reflejo también de mis razonables titubeos en esto del bonsai. Yo creo en eso de que hay gente que tiene una cierta predisposición a que no se le mueran las plantas. Son esas personas de las que se dice que tienen 'buena mano' para las plantas. Tengo que reconocer que yo parto de ahí. Pero claro, si hablamos de bonsai no se trata sólo de esto, sino de tener las cosas claras desde un primer momento.
Mayo 2007
El árbol lo adquirí en febrero del 2007, y venía enterrado hasta el comienzo de las tres ramas que veis en la foto. El primer error no fue adquirlo (me costo 30 euros) sino no darme cuenta de esto cuando lo hice. Pero claro, por aquel entonces solo andaba preocupado porque no se me cayera la baba más de lo normal. ¡Todos los árboles me parecían milagros! El caso es que debido a que las tres ramas del árbol nacían prácticamente desde el mismo punto si las dejaba así se produciría con el tiempo un engrosamiento de esa zona que deformaría el árbol. Además dos de las tres ramas (esto lo podeis ver en esta tercera foto en la rama de la derecha) presentaban también abultamientos que tendrían dificil solución.

Enero 2008
Así que se trataba de eliminar dos de las tres para conseguir conicidad y definir el tronco principal. Una rama por año. De esta manera aprendí que algunos árboles al ser podados, para protegerse secan la rama más allá de donde tú has podado. Este concepto tan curioso (al menos para mi) se llama 'retirada de savia', y en el caso de los granados es algo que hay que considerar. El árbol corta la circulación de savia proteger al resto del arbol desde donde se ha producido la poda hasta donde hay otro camino de savia, es decir, hasta donde hay otra rama o brote. Es como si cortaran una calle al tráfico. Es decir, que si queremos cortar una rama es mejor dejar un pequeño tocón para curarnos en salud, y una vez que el árbol ha secado ese tocón lo rebajamos con cuidadito hasta llegar a la parte viva y que se cree el labio de cicatrización.
Septiembre 2008
Para hacer todo esto trasplanté el árbol a un cajón de madera poniéndole antes una tablita en la base del nebari para impedir que salieran raices verticales y ensancharlo. Así conseguiría que el árbol afrontara mejor todo lo que se le venía encima. Hasta este año no me he parado a considerar la importancia de trabajar bien las heridas de las podas, falto quizás de la herramienta adecuada (no vale solo con podar con un kuikiri de corte cóncavo), así que lo estoy pagando en forma de tiempo que podía haberme ahorrado.

Febrero 2010

Esta primavera trasplantaré el árbol a una macetita de bonsai, y empezaré con la ramificación si el gato de mi vecino me lo permite, pero eso es una historia (la del gato) que dejaré para otra entrada.
Esta primera foto del 2011 correspondería al frente. La duda es suprimir la primera rama de la derecha o no. Siempre me han llamado mucho la atención los árboles con las ramas bajas que casi rozan el suelo.


Febrero 2011 Frente

Febrero 2011 Trasera

 También queda pendiente la rama trasera, que la tenía conseguidita el año pasado pero la tronché porque no supe alambrar bien en verde, otra asignatura pendiente. No se aprecia bien en la foto el nebari que tiene, por estar húmedo el sustrato, pero quizás es de lo que estoy más orgulloso. Además este bonsai es 100% made in Pablo, sin ayuda directa de maestros. Después del trasplante lo llevaré al taller a ver que dice Juan. Ni que decir tiene que con los restos de la poda he hecho algunos esquejes que tengo en desarrollo. Esto es como el cerdo...

Febrero 2011 Lateral



No hay comentarios:

Publicar un comentario