lunes, 30 de enero de 2012

Archivando 2

Dificil es aprender a alambrar por correspondencia. Quiero decir que el único camino a seguir para poder alambrar un árbol cada vez de una manera más correcta (aunando funcionalidad y estética), es alambrar cuanto más mejor.
En mi caso concreto lo que más me ha servido es pararme cuando soy consciente que lo he hecho mal, y desalambrar una y otra vez hasta que creo que ya lo he hecho bien. Esto, claro, cuidando de que el árbol no sufra demasiado.
Te pueden contar una y mil veces lo de que tienes que sujetar el alambre con el pulgar de manera que quede fijo antes de darle la curva, pero hasta que no lo haces una y mil veces no lo ves claro.
Hacerlo perfecto pienso que es algo complicadísimo  pero que solo dependerá de la experiencia, como casi todo.
Uno de los fallos que yo suelo cometer es que comienzo a alambrar algunas ramas sin considerar antes hacia donde la voy a mover, y esto es un error, porque hay que dirigir el alambre hacia un lado u otro en función del movimiento que queramos darle. Vamos, que hay que tener claro el diseño antes de alambrar, sino es una pérdida de tiempo y de dinero.

El consuelo que nos queda a los inexpertos es que en el caso de los árboles en formación siempre se puede hacer alguna chapucilla para aprovechar el trabajo hecho si la alternativa es demasiado costosa. Digo yo que en el caso de los árboles más o menos terminados estas chapucillas son un sacrilegio por que son más evidentes.

Existe una colección de revistillas que se llaman 'cuadernos de bonsai' editados por Croma Press, y que salieron allá por los 90, y uno de ellos está dedicado al alambrado. A mi me ha servido de gran ayuda, porque las fotos reflejan muy bien el trabajo y el texto te lo deja claro. De todas maneras sigo diciendo que con una lectura te quedas un poco a cuadros. Lo suyo es leerlo después de alambrar ya que así lo comprendes mejor porque ves tus errores.

Os muestro dos trabajos que he hecho ultimamente de árboles que ya os he mostrado, con el antes (la foto más antigua que tengo) y el después, que así queda más curiosón.

Bosque de olmos en marzo de 2009
Bosque de olmos en enero de 2012.
 Son los mismos árboles pero
 algunos se han cambiado de posición.




Quejigo en diciembre de 2010
Quejigo en enero de 2012

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