martes, 3 de abril de 2012

Solo un paso

Lo mismo os acordais de mi arce arakawa, un árbol en bruto al que podé todas las ramas e intenté obtener y más tarde desarrollar brotes bien orientados. Bueno pues es otro de  los árboles que he trasplantado este pasado mes de marzo. He utilizado una maceta esmaltada blanca, grande, y más cuadrada que rectángular. Esto último es para conseguir que las raices crezcan por todos lados de igual manera.
Tenía ganas de sacarlo de la caja donde lo tenía, y alegrarme la vista un poco. Además, es más facil trabajarlo y admirarlo en esta maceta.
El estado de las raices no es muy bueno, ya que el árbol tiene como tres grandes patas independientes (no se si podeis verlo bien en la foto). De cada una de estas patas (una de ellas demasiado alejada del tronco como para no pensar en ir reduciéndola poco a poco) tiene sus propias raices, con lo que comprendereis la dificultad de formar un nebari decente con este material. Esto se disimula bien una vez en la maceta, pero no veo claro el futuro en este sentido.

El año pasado conseguí proteger los delicados brotes que me interesaron (utilicé un alambre grueso y fui fabricando un camino a modo de tunel para que ni la lluvia ni el viento los hecharan a perder). Después dejé crecer las ramas sin más, podando unicamente el ápice para que la fuerza se dirigiera a las demás ramas. Cuando las ramas superaron el metro, decidí alambrar los extremos para dirigirlas hacia arriba. De  esta manera conseguía que no me molestaran y que las ramas crecieran mucho más estando dirigidas hacia la luz del sol. Ni que decir tiene que solo el inicio de la rama me serviría, con lo que las doblé a partir de la segunda o tercera yema. Cuando vi que las ramas se sostenían solas retiré el alambre.
Por último, este mes pasado procedí a podar las ramas como he dicho, cuidándome mucho de la retirada de sabia. Lo he hecho cuando los brotes más avanzados ya estaban casi abiertos, y a diferencia de otros años, en los que no he esperado tanto, el árbol no ha llorado apenas.
Ahora, he dejado unos dos brotes por rama, por si me falla alguno, pero está claro que solo uno de ellos me interesa en función de su situación.

Este año exáctamente igual que el anterior: se trata de formar la ramificación primaria.
Si, si, ya se, también tengo que cerrár esa cicatriz. Lo del bricolaje se me resiste, soy demasiado perezoso. Hay que tapar el agujero con esas pastas de dos materiales, y dejarlo plano, facilitando el camino al labio de cicatrización que de esa manera podrá avanzar y cerrar la herida.


¡Feliz Semana Santa!

2 comentarios:

  1. Vaya material de partida. Me gusta.
    Seguiremos su evolución.
    Un saludo.

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  2. Gracias Jose. Lo único es que esto va para largo... Pero mientras tanto seguiré yo la evolución de tue espinos :)

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