miércoles, 9 de noviembre de 2011

Archivando 1

Antes de que mi perezosa memoria se desprenda sin consultarme    antes de alguno de los conceptos que he logrado comprender de una manera práctica ultimamente, los dejaré aquí plasmados para poder repasarlos cada vez que me enfrente a algún árbol.
Se que leerlos no es suficiente si no va acompañado de la práctica, pero entiendo que esto es necesario aun así. Lo digo porque a pesar de haberlos leido, estos conceptos, en decenas de revistas y libros, y de haberlos visto ejemplificados en fotografías, hasta que no los he llevado yo mismo a la práctica con uno de mis árboles no he logrado comprenderlos del todo bien.
Bueno, pues de momento, lo que tengo claro es lo siguiente:
1. Un bonsai ha de tener una rama principal. Vale, pero ¿en que consiste exactamente aquí el término principal? Hasta ahora la definición que más me ha gustado es la que le vengo oyendo a Juan Escohotado en sus clases: la rama principal es la que diseña el árbol. Es la rama que le da carácter, que indica el camino a seguir.
2. Un bonsai ha de tener una rama secundaria. Este último término, así dicho, podría llevar a malentendidos, según creo yo. De hecho seguiré utilizando las palabras de Juan y no la llamaré secundaria, que me lio, sino que la llamaré rama de equilibrio. ¿Porqué? Pues porque es exactamente lo que hace, equilibrar el arbol con respecto a la rama principal: lo estabiliza.
3. Un bonsai debe tener ramas traseras. Esto si que es facil de entender. Son ramas bastante importantes, ya que dotan al árbol de profundidad. Sin ellas el bonsai sería plano. Yo, sin embargo, en los últimos diseños a los que me he enfrentado, he cometido el mismo error: me he centrado tanto en el frente del árbol, que he olvidado que siempre ha de haber rama trasera.
4. Un bonsai ha de tener un ápice. Si continuamos esta estructura de ramas (añadiendo alguna frontal), teniendo en cuenta que la distancia entre las ramas disminuye a medida que ganamos altura, hemos de rematar el árbol con un ápice, no dos ni tres.
5. El verde del bonsai no debería ser un unico y triangular volumen, sino una sucesión de volúmenes, algo que obviamente es más dificil de conseguir. De esto también me suelo olvidar, supongo que por la dificultad que entraña, sobre todo en bonsais tamaño sohin, donde a duras penas te caben los dedos.

Lo que originalmente era una misma sabina,
dio lugar a dos ejemplares, uno de los cuales es
el que veis en las siguientes fotos
Ilustro la entrada con el antes y el después de una sabina rastrera que ya conoceis. El resultado final es mi intento de imitar el dibujo que Juan realizó después de que le enseñara lo que yo había hecho en mi casa. Cometí errores en cada uno de los puntos que he plasmado anteriormente. Por no hablar de cuestiones más técnicas como el alambrado...



Junio de 2011.
Ya separada y trasplantada en
primavera de 2010
Agosto 2011
Noviembre de 2011


En resumen, últimamente he aprendido bastante, sin embargo me siento muy pequeñito.

jueves, 18 de agosto de 2011

Recuperaciones 1

En última instancia, hay tantos factores que se escapan de nuestro control, que lo único que podemos es intentar que el porcentaje de éxito aumente un poco controlando aquellos que si conocemos. Esa es la conclusión a la que he llegado considerando la limitada experiencia que tengo al respecto.
Este haya la recuperamos a comienzos de la primavera, cubriéndonos de nieve hasta las ingles. Supongo que la mezcla entre la emoción que me produjo y el esfuerzo que hicimos cavando me provocó una especie de lipotimia que casi me deja fulminado.
Tengo que decir que no la sacamos con demasiadas raices, a pesar de tener cuidado al cavar.
El caso es que algo habré hecho bien cuando el árbol está vivito y coleando. Utilicé muuuucha akadama y pomice y lo mezcle con fibra de coco. Creo que esto último ha resultado ser de gran ayuda, porque mantuvo la humedad bastante bien durante los primeros meses tras la recuperación. La sujección a la maceta no fue complicada por la forma de los troncos, aunque tuve que subir el nivel del sustrato en alguna zona y por eso veis la rejilla verde.

Todos los días observaba las llemas en busca de las primeras señales que indicaran que el árbol seguía 'moviéndose'. La primera foto que veis fue la confirmación de esto que digo.
Sin embargo, esto por si solo no es una garantía de que todo va bien, ya que el árbol podría estar brotando inicialmente bien, debido a las reservas que tuviera antes de la recuperación, y que luego abortara esas brotaciones. Por suerte esto no fue así, y este més he comprobado como está preparando nuevas llemas que supongo que serán para el año que viene. Digo supongo porque algunas de ellas no se han parado y ha vuelto a tener una segunda brotación (cuando las hayas tengo entendido que tienen solo una). Lo mismo resulta que esto es una mala señal, no se. Lo cierto es que las tiene por todas partes. Os dejo unas fotos para que veais la forma del árbol. Todavía es muy pronto para pensar en el diseño por dos razones: hay mucho enterrado y hay que darle prioridad a la salud del árbol.
¡Admito sugerencias!
















P.D. Estoy teniendo problemas a la hora de publicar comentarios en mi mismo blog y en otros, asi que pido disculpas de antemano. Debe ser la nueva versión del explorer o que se yo

jueves, 14 de julio de 2011

Do the right thing

Tengo claro que hay muchas especies que los aficionados al bonsai cultivamos, pero que no se terminan de adaptar del todo bien al concepto real de bonsai ni a las técnicas que se aplican en estos para conseguir resultados. No soy el único que se deja llevar por cultivar especies que forman parte de mi entorno y por tanto de mi vida (también en el sentido más, digamos, espiritual) como la higuera, o la vid.
Cuando veo los bonsais que cultivan los japoneses, no están muy lejos tampoco de lo que estoy diciendo: siempre son especies que se dan en sus islas, asi que hay cosas que no termino de entender muy bien.
En fin, que me voy por las ramas y yo solo pretendía mostraros un par de nuevos ejemplares que adquirí en mis vacaciones, en Bonsai Zen y en Mistral Bonsai.
He de decir que antes de plantarme en los dos centros tenía bien claro las dos especies que buscaba. Las razones eran dos: la facilidad del cultivo, pues se trata de plantas que se dan en mi tierra sin problemas, y el precio, pues no buscaba algo caro.

En Mistral Bonsai encontré una de ellas, un ficus carica con un tamaño considerable, y una base atractiva. Creo que el último tercio del árbol habré de rehacerlo desde cero (un acodo aereo me dará la oportunidad de hacerme con un nuevo árbol), al igual que la rama principal, que continuará el movimiento de la primera curva hacia la izquierda. De todo lo que vi en Mistral, lo cierto es que solo me llamaron la atención las higueras que había, de gran porte pero no muy caras. Todo lo demás era prohibitivo para la poca calidad que tenía. Buscaba este tamaño porque el tema de la reducción de las hojas en estos árboles por lo que he visto no es muy sencillo, y supongo que lucirán mejor en este formato que no en un sohin.


Bonsai Zen es otro concepto y había más calidad y a mejor precio. Sin embargo yo buscaba algo muy concreto y baratito, en contra de las opiniones de los que más saben que aconsejan hacerse con menos árboles pero de más calidad. Que quereis que os diga, la carne es debil cuando hablamos de dinero, y es más facil gastarse 60 euros en un árbol que 300, aunque tengas la pasta en el bolsillo. Cualquiera que tenga mujer me comprenderá. Y los que tengan suegra con mirada penetrante, más todavía.
El caso es que encontré la especie que buscaba y además enraizada en una piedra, cosa que me atrajo todavía más. Os muestro mi Parthenocissus tricuspidata.






Poco a poco descubriré las raices y mostraré la piedra. Estoy ansioso por que llegue el otoño y pueda
ver el intenso color rojo de las hojas, y más tarde ver el tronco desnudo y hacerme la idea del diseño futuro. Por lo que he visto no es que sea una maravilla en cuanto a conicidad, creo que esta especie es muy dada a formar bultos en el tronco si no andas con cuidado, pero me gusta bastante en cualquier caso. De momento se ha adaptado a su nuevo entorno y luce mucho mejor que cuando vino.

sábado, 4 de junio de 2011

Continúo con la luz

Estos últimos días he estado haciendo fotografías en el exterior. Jugando con las tres variables de las que os hablé en la entrada anterior. Desde luego, lo que menos claro sigo teniendo es el tema de la apertura del diafragma, y me limito a variar según voy haciendo las fotografías.
Las fotos que os muestro en esta entrada son de las tres sabinas que tengo. Dos de ellas eran una única sabina el año pasado y se separaron y se trasplantaron en primavera tambien del año pasado. Este año he decidido, siguiendo algún consejo que otro y fiándome de mi observación, dejarlas que crezcan libremente hasta al menos noviembre, cuando pienso alambrarlas y podarlas dependiendo del crecimiento.
La tercera sabina, la más grande, lleva menos tiempo conmigo y salvo una ligera poda en noviembre pasado, no la he tocado más. Decidí no trasplantarla para ver su respuesta este año, así que como veis, está mucho más salvaje incluso que las dos gemelas. En esta he de cuidar bastante el riego, porque el sustrato en el que está, que es con el que venía de origen, tiene bastante tierra de campo y turba, y se nota que el drenaje no es el que debiera.
Así que en resumen, mucha evolución no ha habido en estos tres árboles, pero están sanos y así es como quiero que lleguen al otoño, para acometer los trabajos que hay que hacerles.

En esta primera que veis, tuve que hacer un chapucero anclaje de emergencia que finalmente ha funcionado. Antes de la primavera  los mirlos vaciaron de sustrato la maceta y dejaron la raiz al descudierto y el anclaje anterior hecho con maderitas, inservible. El problema que tiene este arbol es que no tiene donde agarrarse, es un cilindro clavado en el piso, y tampoco tiene muchas raices, asi que es complicado sujetarlo a la maceta. Sin embargo hacer esto es sumamente importante al hacer un trasplante, asi que me las he apañado como he podido y he procurado no moverla en exceso.

Si os fijais, en las primeras fotos hay demasiada luz (las he hecho en sombra), algo que en las siguientes he corregido disminuyendo el tiempo de exposición. Dado que el bonsai no se mueve, tenemos la ventaja de que podemos jugar con los valores que no se ven afectados por el movimiento de tu propio pulso, así que con un ISO de 1600 fijo (quizás me he pasado), he ido aumentando el tiempo de 1/100 (de las primeras) a 1/200 las dos últimas. Se puede apreciar la diferencia, creo yo. En todas estas fotos la profundidad de campo la he dejado en F7.1

Las tres siguientes son de más detalle, pero no he cambiado, como digo, el valor de la apertura del diafragma. De momento he jugado más con el tiempo de exposición, y viendo que salian bien las fotos, no me he complicado más.








En la siguiente sabina no he conseguido una buena foto del frente del arbol. Hay que considerar que el fondo que tengo no es uniforme, y se confunde con el verde de la propia planta, así que no es facil hacer buenas fotos sobre todo del total del árbol. De los detalles la cosa ha sido más facil, ya que cuanto más te acercas al detalle enfocado, más se desenfoca el fondo. Quizás en esta tendría que haber abierto más el diafragma. ¡Qué lio! La foto de la derecha es la trasera del árbol y está ha salido mucho mejor. También puede ser debido a la luz que me venía de frente en la primera y que se colaba por entre las ramas, cosa que no ocurre en la segunda foto.










No me esfuerzo mucho en sacar la maceta porque es obvio que no es la definitiva. Es mas grande de lo que debiera para permitir al árbol que densifique el verde más rapida y comodamente. Tampoco es que quiera que engorde, en estos árboles no se persigue ese desarrollo, me podría morir esperando. Otra cosa curiosa a comentar es que, según he leido, en un semicascada el árbol no debe apoyarse en el extremo de la maceta, como está haciendo este, y debe trasmitir equilibrio y estabilidad por si mismo.









La última de mis sabinas está mucho más vigorosa. No se ha tenido que enfrentar a ningún trasplante de momento, asi que calculo que lleva en la misma maceta desde que se recuperó, a juzgar por el sustrato que tiene. En esta foto general del árbol, he logrado enfocar la totalidad del mismo, y me gusta, aunque el fondo no sea el idoneo. Tiene un tiempo de 1/160 y una apertura de diafragma de F10.0. Como veis, los elementos de la mesa (el rollo de alambre a modo de cuña, y la macetita verde) están también enfocados. En la foto de la derecha lo único que he variado es el tiempo de exposición, que lo he puesto en 1/100, con lo que está más iluminada.






Esta foto siguiente sería la trasera, o el frente, ¿quién sabe?, ya veré cuando empiece a desnudarla.


Y con estos mismos parámetros he sacado las fotos de los detalles de esta sabina, es decir, con tiempo 1/100 y con F10.0. He de decir que dado que he estado un buen rato haciendo las fotos, la luz ha ido disminuyendo paulatinamente.




martes, 17 de mayo de 2011

Luz


Mi amigo Joaquín Vasco es aficionado a la fotografía, y desde hace ya un tiempo le vengo insistiendo en que me de algunas lecciones de manera que las pueda aplicar al bonsai.
Hace unos días encontramos tiempo para reunirnos en un estudio que se ha apañado y donde él hace sus fotos.
He de reconocer que hasta ahora he sido de esos que tienen una cámara réflex y que la utilizan como si fuera una cámara digital normal y corriente; supongo que no he prestado la atención necesaria a lo que he leido, y cuando me he puesto a hacer fotos me ha podido la comodidad de lo rápido.
Asi que lo mismo esta entrada os puede servir a todos aquellos que estais en la misma situación que yo. De todas formas os diré que lo que yo escriba aquí será lo que yo creo haber entendido, asi que me encantaría que se me corrigiese el posible error si lo hubiera, o mejor todavía, que se ampliase el comentario de manera que esta fuera una entrada más util que las anteriores.
Para empezar creo haber entendido que el elemento más importante es la luz. Pero esto no quiere decir que obtendremos mejores fotos en lugares más iluminados. Lo básico es saber modificar los parámetros de la cámara en función del tipo de luz que tengamos, y dirigir la luz (si es posible, obviamente) hacia los lugares que nos interese.
En nuestro caso siempre vamos a fotografiar un elemento que no se va a mover, cosa a tener en cuenta al mismo tiempo que la luz. Además, no siempre vamos a tener el árbol en un estudio fotogtáfico, con lo que en contadas ocasiones podremos controlar la luz para 'pintarlo'.
De nada nos va a servir el flash incorporado en la cámara, porque la foto que obtendremos no será natural. Imaginaos el sol, que ilumina un árbol pero siempre en ángulos diferentes al que proviene del flash de la cámara. Así que tenemos un elemento estático que hay que iluminar.

Bueno pues lo primero es conocer los tres conceptos básicos: velocidad de obturación o tiempo de exposición, apertura del diafragma, y sensibilidad (ISO). A la charla de Joaquín he añadido yo la lectura de un artículo que os recomiendo: http://www.canonistas.com/foros/general-fotografia/3362-nociones-basicas-de-fotografia.html. Dentro podeis bajaros el primer número de una revista de fotografía donde se amplía un poco más el tema.

Por explicarlo con simples palabras, he entendido yo que, si nos encontramos en una situación en la que hay mucha luz, deberemos de decirle a la cámara que se prepare para ello, que sea menos sensible a la luz, es decir, le bajaremos el ISO. Si por el contrario no tenemos apenas luz, subiendo el ISO haremos que la cámara sea más sensible a la poca luz que haya. En mi cámara, que es una Canon EOS 400D, el ISO va desde 100 hasta 1600.

Para explicar el tiempo de exposición me ha servido mucho entender que es la fotografía: captar la luz. Digamos a groso modo que la cámara abre una puerta para que la luz entre y captar la fotografía. Si esa puerta la mantenemos abierta más tiempo, entrará más luz, pero claro, tambien captaremos más movimiento. Un ejemplo práctico es fotografiar el vuelo de un pajaro. Para conseguir congelar esa imagen deberemos abrir y cerrar la puerta en un instante porque de otra manera veremos borroso el pajaro. En el caso de un bonsai tenemos la ventaja de que no hay movimiento por lo que podemos mantener esa 'puerta' abierta durante más tiempo para captar más luz, pero ojo: vamos a necesitar un trípode para que la cámara no se mueva porque todo el movimiento que se produzca en ella mientras tengamos la puerta abierta también quedará registrado en la foto (saldrá una foto 'movida'). En mi cámara la velocidad de obturación va desde 30 " (30 segundos), que no me imagino en que situaciones se utilizará, la verdad, hasta los 1/4000 segundos (osea, la repera de rápido), que supongo que servira para congelar el aleteo de un colibrí, por poner un ejemplo.

No llego a comprender del todo bien en que consiste la apertura del diafragma, aunque la aplicación práctica es que si queremos que lo que está detras del bonsai quede desenfocado para dar más protagonismo al árbol, habrá que cerrar un poco dicho diafragma. Si por el contrario lo que queremos es fotografiar un paisaje, entiendo yo que el diafragma tendrá que estar mucho más abierto. Si por último lo que queremos es que salga un detalle de una flor lo tendremos que cerrar todavía más. Esto se mide utilizando la letra f y un número, siendo (en mi cámara) f29 el que indica que el diafragma esta más cerrado, y f4.0 el que indica que el diafragma está más abierto.

Todas las fotos que os pongo en esta entrada están hechas en el estudio de Joaquin, a oscuras, pero utilizando unos focos laterales, a ambos lados del árbol, que disparaban automáticamente al tomar la foto. Lo que hizo Joaquín fue utilizar también unos conos (uno de ellos con una simple bolsa de cartón) que aplicó a los focos de manera que la luz se dirigía solo hacia algunas partes concretas, asi que ha quedado un jueguecito de luces y sombras bastante interesante en mi opinión.
De habernos tirado más tiempo probando y de haber utilizado un ordenador para revisar lo que hacíamos, habríamos obtenido mejores fotos, sin duda, pero no me digais que estas no animan a seguir apretando el boton. De seguro que repetiremos la experiencia y Joaquín me enseñará a mejorar mis fotos. Quién sabe, lo mismo esto le anima a volcar su energía en su pasión y consigue un trabajo honrado que sin duda se merece.








lunes, 18 de abril de 2011

Pasado y presente.

Soy de los que opinan que no hay buena ni suficiente literatura acerca de bonsais. No te puedes fiar de casi ningún libro de los que hay en el mercado hoy en día, al menos al cien por cien. Y si hablamos de revistas creo que no profundizan en absoluto, y cuando lo hacen un poquito hay que hacer un esfuerzo imaginativo enorme para poder entenderlas. Repiten siempre lo mismo con lo que lo que puedes sacar de nuevo de las carísimas revistas que se editan en España es mínimo. Eso si, fotos y más fotos (algo es algo).
Supongo que es complicado sacar un libro que establezca métodos y que aune diseño y cultivo. Los que se traen de Japón tienen unas traducciones pésimas y además son antiquísimos. Pocos son los libros que se salvan, la verdad. Y soy de los que compran las revistas y leo los pocos libros que hay de bonsai.
Asi que toda esta proliferación de blogs y foros acerca de este arte es lo mejor que nos ha podido pasar, porque se comparten experiencias, sin necesidad de sentar cátedra, y lo cierto es que se aprende. Y de los árticulos de los que yo personalmente más he aprendido siempre son aquellos en los que se muestra el antes y el después.
Y de eso va esta entrada esta vez, de la evolución (relativamente corta en la mayoría de los árboles) de algunos de mis bonsai.

Quercus faginea. Un quejigo que lleva conmigo un añito. La primera foto corresponde al comienzo del invierno y la última a hoy mismo, después de haberle hecho el primer pinzado

Punica granatum. Este nejikan sin embargo lleva conmigo desde que me aficioné a este mundillo en el año 2007;  fue de los primeros árboles que compré. Ahora se encuentra en proceso de formación de las ramas principales, con lo que dejaré que crezcan esas ramillas que veis para luego cortar a dos hojas con la intención de que salgan los brotes desde los puntos que quiero. Espero que en algún momento salga un brote trasero con el que formar la rama de profundidad, pues es la única zona en la que no hay desarrollo.  Ya publique una entrada acerca de este árbol, que es el reflejo de mis titubeos iniciales, y debido a estos he perdido unos años valiosísimos.                                                                                                                                  
                                    



Vitis spp. No es muy cultivada la vid como bonsai, al menos hasta hace poco. Sin embargo, y comprendiendo a los que la rechazan, a mi la verdad es que me ha dado muchas satisfacciones. Recordareis que os mostré esta parra al comienzo de mi blog, y me planteaba hacer un árbol en semicascada.
Bueno pues tras llevarlo al taller, Escohotado (que se confesó detractor de la especie como bonsai), levantó el arbol que yo tan cuidadosamente había colocado. Se derramó parte de la akadama, pero no pareció importarle mucho. Yo sin embargo temblaba porque temía que el anclaje que había hecho no funcionara y el árbol cayera sin remedio. El caso es que me señaló un frente completamente distinto y que ya no pude quitarme de la cabeza.
Así que este año volvía trasplantar la vid y aquí esta el resultado. Otra cosa es la ramificación. ¡Vuelta a empezar!
                                                                                                                                                     
              
Ulmus minor. Este bosque se remodeló por completo el año pasado, cambiándo el lugar de casi todos los árboles. El que veis en la segunda foto no es el frente exacto, sino que habría que girarlo un poco al contrario de las agujas del relog. De esta manera se verían todos los árboles que lo forman.  Le acabo de pinzar por primera vez esta primavera y estoy aprendiendo mucho de él pues voy sabiendo lo que hago (más allá de que lo consiga hacer mejor o peor).

Malus haliana. Por último este manzano que en pocos días me ha regalado una brotación notable. No creais, cuando lo trasplante no las tenía todas conmigo. Siempre temo que no se recuperen, por lo que cuando responden tan rápido, te alegra el día. De manera similar al granado, ahora se trata de una vez seleccionadas las ramas adecuadas, dejarlas crecer hasta la longitud adecuada y cortar para esperar una ramificación interna que de origen a las subramas. De todas maneras en principio dejaré que se desarrolle mucho más antes de pinzar, para que aumente la cantidad de raices que no eran muchas, la verdad.




miércoles, 6 de abril de 2011

Azalea Satsuki: aclarando conceptos

Febrero 2010
Supongo que debido a la poda y pinzado y al trasplante que le hice el año pasado, mi azalea no ha emitido esta primavera muchos brotes de flor. Pero bueno, me he evitado el trabajo pues pensaba quitárselos todos para impedir que gastara fuerza en esto y la desviara a la formación de las ramas que es ahora el objetivo a alcanzar.
Finales de abril de 2010
Mucho me ha aclarado Juan estos dos últimos días en los que he llevado el árbol al taller. En primer lugar, me hizo ver el futuro de la rama principal, que es la primera de la izquierda. El objetivo es conseguir que la rama en cuestión se alargue mucho más hacia el frente y hacia abajo. No lo vi claro hasta que con los restos de una rama podada simuló el futuro que trataba de explicarme. Para conseguir este objetivo habrá que dejar que las subramas crezcan sin pinzar. La hemos bajado con un tensor para llevarla a la posición que debe de ocupar, más abajo para no estar tan igualada con la rama de la derecha.
Agosto de 2010
Pero esto no es todo. Como hay que dejar crecer mucho más el primer nivel, el segundo nivel, es decir, la segunda rama de la izquierda, también hay que dejar que crezca. Sin embargo, y esto no se puede apreciar en las fotos (al menos hasta que estas no sean en 3d), en el caso de la tercera rama de la izquierda, hay que mantener el largo y empezar a favorecer los brotes internos mediante el pinzado, porque ya ha llegado a su longitud ideal (que en la actualidad es mayor que la de la rama inferior). No se si me explico.
De esta manera hay que hacerlo en todo el árbol, aunque el lado derecho ya está mucho más avanzado en este sentido.
El primer día que la llevé me dijo que para verlo todo más claro debía alambrarla en su totalidad. He de confesar que no hice los deberes correctamente (no tenía alambre del calibre adecuado y lo conseguí muy tarde), y como lo dejé para el último día lo he hecho regular y además no la terminé del todo. Sin embargo pude ver como ayer colocaba la primera rama de la derecha, como extendía en forma de abanico las ramillas y utilizaba otras para dar volumen colocándolas por encima, y como remataba el trabajo quitando con los dedos las hojas que colgaban y que estropeaban el perfil. Fue muy clarificador ver como lo hacía.
Animado por esto, esta mañana me he lanzado a terminar el alambrado y he intentado colocar yo el resto de las ramas. Me he hecho un lio, para que negarlo. El alambrado me ha resultado muy complicado por que apenas había espacio para meter los dedos y el alambre sin dañar los brotes, y la colocación de los volúmenes es muy facil ver como lo hace un profesional pero otra cosa es hacerlo tú.
En cuanto al ápice o mejor dicho, en cuanto a la copa, hay mucha rama mal formada (no se ve en las fotos), así que requerirá mucho tiempo formarla como Dios manda.
En fin, que este es el resultado.

A pesar de todo estoy satisfecho con el árbol, y no me canso de observarlo desde todos los ángulos posibles. La pena es que mis fotografías no reflejen del todo como es la azalea, pero si lo pienso, esto creo que pasa en todos los casos. Lo que se aprecia al ver un árbol en una exposición por poner un ejemplo, es imposible de apreciar en su totalidad en una foto por muy bien que esté hecha.
En la pasada exposición de Alcobendas tuve la oportunidad de ver una azalea impresionante de Andrés Álvarez que ya había visto en una revista. A parte de las dimensiones una de las cosas que más me llamaron la atención fue el hecho de que tuviera verde hasta el interior de las ramas, cosa que no tiene mucha lógica puesto que el sol no llega ahí de la misma manera porque hay una rama encima que lo impide. Por lo visto es algo normal en estos árboles.
Esto nunca me había sorprendido antes porque en las fotos no pude apreciarlo. Lo mismo viene bien lo del 3d al mundo del bonsai.
Abril de 2011