viernes, 1 de febrero de 2013

Otro antes y después...

La verdad es que aunque la ramificación de esta especie me resulta muy lenta (podría hacerlo mejor, supongo) comparada con otros caducos como los olmos o los espinos, no dejo de estar un poquito orgulloso de mi pequeño membrillo. Además, me lleva acompañando desde que comencé en este mundillo.
Es el primero en despertar, como veis, y el último, junto con los quejigos, en irse a dormir.


Mayo 2007
Febrero 2013