martes, 11 de marzo de 2014

Los bonsais del Real Jardín Botánico de Madrid. Parte 2

Apenas he comenzado a cultivar encinas. Esta me lleva a pensar que el verde esta demasiado perfecto. Pero me pierdo dentro y veo la ramificación y pienso que podría quedarme un par de horas solo mirando el árbol desde abajo.





En este ullastre se vuelve a poner de manifiesto que un buen diseño puede compensar la falta de movimiento en los troncos principales. Me sorprende la maceta tan plana con respecto al potente nebari. He de abrirme más, no encorsetarme en lo que creo que es lo correcto. Imagino este árbol en una maceta más profunda y ya no me impresiona tanto, supongo que por el verde, tan extenso. ¡Pero que se yo!
Me vuelvo a fijar en los tensores: esta vez la típica manguera.





Y llega el primer pino albar. Esta sujeto a la bandeja de madera con un alambre. Tienen una de esas bandejas en cada uno de los árboles que tienen expuestos. En algunos casos las elevan y se asemejan a mesas de bonsai pero sin refinar. Me fijo con más detalle y son simples tablones unidos, tres horizontales y dos verticales en el extremo. Tomo nota.
Vuelvo a pensar que estos impresionantes árboles lo son por su diseño y no por sus espectaculares movimientos. Me quedo con las ganas de ver este arbol con las velas empezando a brotar... Me fijo tambien en el juego de similitudes entre la copa del arbol y la kurama.








Recuerdo que en el libro de Luis Vallejo se mencionaba que el madroño era una especie con mucho potencial para bonsai. Por lo visto esto no se ha hecho realidad a tenor de lo que se ve en las exposiciones de renombre. Este se ve que no le han permitido florecer.






Un junipero rigida me roba otra media hora. Sobre una base impresionante se levanta este arbol elegantísimo. Observo como están situadas cada una de sus ramas. Parece que no le han tocado, que sólo la naturaleza le ha moldeado. Un espectáculo.








Este ullastre me hace pensar que puedo llegar a tener grandes árboles, que no son tan inalcanzables, que estamos obsesionados con rizar el rizo. Me sorprende la maceta. ¿No será que di por sentado que era un ullastre y se trata de un olivo común? En ese caso la reducción de la hoja era asombrosa... Se me olvidó fijarme en la etiqueta.







Esta especie no la conozco. ¿Un lagerstroemia indica? Fijaos como han resuelto el diseño del árbol. Solo tiene ramas en un lado, ¿qué habriais hecho vosotros con eso? Un tramo demasiado recto, ausencia de ramas en un lado... Asombroso. Qué poco se de bonsai.




2 comentarios:

  1. Veo que has aprovechado bien la visita y te has fijado en esos pequeños detalles que te hacen avanzar en esto del bonsái. Al menos ya has descubierto algunos ejemplares que han roto con conceptos preconcebidos que arrastrabas de antes. Eso está bien, hay que abrir la mente.

    Un abrazo

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    1. Muchas gracias Juan por leer mis palabras. Los prejuicios hacen mucho daño, y yo lucho a cada rato por rechazarlos. Trato de mantener una actitud humilde pero asquerosamente observadora.

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