martes, 26 de abril de 2016

¡Más alambre!

Como mas que menos mis árboles los llevo al día, le he pedido a una compañera que me permita trabajarle su colección. Por eso de no parar.
He empezado por este pino de variedad desconocida...
En cierta manera me ha recordado a los árboles que trabajaba en Taishoen porque estaba más o menos encauzado. Alambré y formé la rama principal, y después todo lo demás a bailar al mismo son.
Estoy satisfecho. A ver si le gusta a la dueña...



Recuerdo que me dijo Manuel Germade que muchos árboles que se hacen por aquí adolecen de un defecto: el equilibrio. Se caen casi todos. Tenemos que aprender a equilibrar los árboles por lo visto. Espero haberlo hecho...

sábado, 26 de marzo de 2016

Gambatte!

Al finalizar mi estancia en Taishoen, Oyakata me dio un diploma escrito a pulso en inglés, que aunque todavía no soy muy consciente, va a significar mucho en mi vida, lo sé.
También me dio una lámina con un kanji (o eso creo). Le pregunté qué significaba y me dijo que trabajara duro todos los días. Después me preguntó que si tenía una escuela en España, y le contesté que no riéndome. El no se rió y me dijo que esperaba que expandiera el bonsai allí donde estuviera, o algo así entendí yo. Le dije que me encantaría hacerlo. 'I will do my best'.

Este viaje que ya he terminado, no era sólo una vía para aprender bonsai. También me he enfrentado a algunos miedos que uno tiene y que no suele confesar por temor a hacer el ridículo.
He estado muy poco tiempo, soy consciente. Pero he dado un paso muy grande y ahora digamos que veo mejor el camino que deben seguir los árboles, que es en mi opinión lo más importante y lo más difícil en esto del bonsai. La técnica es practica, repetición, orden, rutina, limpieza.
Ahora es todo un poco raro. Mi rutina en España tiene muy poco que ver con el bonsai, pero espero no olvidar que todo consiste en esforzarse. No me acuerdo dónde leí que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, en ambos casos, estás en lo cierto.


No me creais si quereis, pero siempre he sabido que vendría a este lugar. Sin embargo, cuando entré por primera vez estaba como un flan. Mas tarde pasé por esta puerta muchas veces, ya inmerso en el trabajo cotidiano, y la cosa se normalizó. Pero me fue muy dificil la primera vez.










Me he reido mucho, y tambien he observado cosas que no me han gustado nada y que me han marcado, para que voy a mentir, No es sitio este para contarlas, y supongo que forman parte de mi aprendizaje. Pero han cambiado la imagen, mucho más dulce e inocente, que yo tenía de todo esto.

Es curioso, pero solo hice dos fotos del monte Fuji. Una en el coche de Oyakata, cuando casi nos quedamos tirados en la autopista por falta de gasolina, y otra en el avión de vuelta a Londres.
Supongo que se le podría sacar algún significado a esto. Se me ocurre que lo he visto todo desde demasiado lejos y demasiado rápido para poder juzgarlo con objetividad. Si, podrían ser una buena metafora estas dos fotos


Tuve tiempo para perderme cien veces, en Shizouka y en Tokio también. Y aunque en el momento lo pasé mal, ahora lo recuerdo como una buena experiencia. Alcancé buenos rincones donde volver a encontrarme.




Siempre acababa junto a los campos de té. Tan ordenados...



Trabajé muchos árboles, algunos más y otros menos. Hice de todo, pero me voy con la sensación de que marché en mi mejor momento. Cuando estaba cogiendo un ritmo bastante agradable. Es una pena pero que se le va a hacer.









Parecerá un topicazo, pero quizás lo más valioso que me llevo es haber conocido a gente muy especial. Y no hablo solo de Oyakata. Eso ha sido lo mejor, porque he aprendido muchísimo viviendo todo esto con ellos. 

Y ahora espero tener tiempo para cribar todo el sustrato que necesito para los trasplantes. He llegado en buena época. 





viernes, 11 de marzo de 2016

Oyakata

Estos últimos días he hecho un poco de todo. Desde acodar un juniperos de ciento cincuenta años para hacer dos arboles, uno de cien y otro de cincuenta, hasta montar una malla de sombreo en una zona del vivero.
He visitado otro vivero de Shizouka  también. Una clienta coreana llegó al vivero y Oyakata le hizo una especie de tour por viveros cercanos. A uno nos invitó a ir. Era digamos que mucho más real a la imagen que podemos tener de un vivero japonés. No muy grande y con un anciano sentado trabajando un árbol mientras quizás su hijo nos recibía. Había pocos árboles en comparación con Taishoen pero mucho más cuidados sin duda. Tenía gran cantidad de plantas de acento, de todos los tamaños, y había también muchos pinos en estilo bunjin, que son casi mis preferidos, así que uno se viene para casa. Con Oyakata al lado siempre hay algún descuento...
El día que ayudamos a Oyakata a montar la malla de sombreo, al terminar nos invitó a tomar té y algunos dulces. algo que es bastante habitual aquí, obligado cuando se reciben clientes. Oyakata a un lado y enfrente los demás. Una mesa en el centro con dulces variados, y un tokonoma a la derecha en el que se van exponiendo los mejores árboles alternativamente. En un momento dado Oyakata empezó a soltar palabras como de asombro. Antes de que rompiera en carcajadas me di cuenta. Había echado como dulces la comida del perro de Taiga. Uno de nosotros incluso los probó, por no desairar al maestro, claro.
Lo bueno es que con eso había recibido a varios clientes en la mañana. No podíamos parar de reír. 'Pues sabían a queso' dice Javier.
Lo de los dulces japoneses el algo muy relativo. Nunca se puede fiar uno del color ni del producto ni del envoltorio, porque me he dado cuenta de que nosotros tenemos asociados sabores a ciertos colores. Es decir, ¿quién podría pensar que un envoltorio de un caramelo podría esconder una especie de bola sabor a corteza de cerdo agridulce? Siempre que probamos algún dulce nuevo le preguntamos al de al lado que si sabe o no a pescado. Es importante hacerlo antes de metérselo en la boca porque claro, uno espera un mantecado o una galletita, y lo mismo lo es pero con sabor a curry.
En otra ocasión en la que tomábamos el té nos contó que había tenido un accidente. Por lo que yo entendí se estampó contra un coche aparcado en un parking que pertenecía a una casa. No había nadie alrededor, así que llamó a la casa para avisar que había dañado el coche, pero nadie contesto. Decidió marcharse pero dice que cuando llevaba dos kilómetros su 'corazon' no le permitía seguir (mientras lo contaba se golpeaba el pecho una y otra vez), así que volvió y dejó una notita en el coche para hacerse cargo de los daños del coche. Es todo un personaje este hombre.
En otro descanso nos escribió en un papel nuestro nombre en caracteres japoneses, y nos dijo el significado de cada sílaba, o sonido que recogía ese caracter. Interesante. Nos contó que él había sido profesor de caligrafía de joven, pero que lo dejó por falta de tiempo.

Es como Forest Gump este hombre, en todos los fregaos te lo encuentras.



lunes, 7 de marzo de 2016

Grafting time

El otro día nada más empezar la jornada Oyakata nos enseñó a utilizar correctamente la piedra para afilar lo cuchillos de injerto. Es algo que a mí por lo menos me interesa saber y que desconocía. Estas enseñanzas colaterales también me interesan. Todo tiene que ver con el bonsai.
Taiga pasó junto a nosotros mientras lo intentábamos y sonrió  No te rías de mí, recuerda que soy Messi. 'Es verdad, podrías intentar hacerlo con los pies' me respondió.
El primer día que entre en el vivero Taiga me dijo que me parecía a Messi. Yo le dije que ni jugaba al fútbol ni tenía el mismo dinero. Desde entonces bromea de vez en cuando con el tema. Buenas noches, Taiga. 'Buenas noches, Messi'.
Le comenté a Oyakata en una de sus búsquedas de material para que lo trabajara, que estaba interesado en aprender a injertar, así que estos últimos días los hemos estado dedicando a este tema. Le asistí mientras injertaba dos juniperos. El sistema de enseñanza ha sido curioso pero muy efectivo.    No solo se trata de ver cómo lo hace, sino de ir dándole cada cosa que necesita lo más rápido posible. Tiza, cuchillo, gubia, material para injertar, taladradora, pasta de cicatrización, cinta de injerto, alambre... Ahora más corto; no,ahora demasiado corto; ¡más largo, rápido, rápido!
Todo esto en su idioma particular, medio inglés medio japonés. Cuando acaba contigo tienes la sensación de ser un poco gilipollas, y más si se te ha caído alguna herramienta al suelo con las prisas. Pero has memorizado todo. Tiendo a creer que esto lo hace así intencionadamente para que lo aprendas, aunque da igual, porque sigue siendo efectivo tanto si lo es como si no.
Después de estos dos primeros juniperos me dejo otro par para que yo los injertara y hoy he hecho lo propio con un gran haya. Los he hecho de púa, de aproximación aprovechando ramas del mismo árbol, y también he injertado plantones. Siempre hay un truquillo, un atajo que vas acumulando día tras día.

Estoy satisfecho.


jueves, 3 de marzo de 2016

Avances

Hay un punto entre el no saber algo y el saberlo, un momento exacto, en el que eres feliz. Cuando te das cuenta de que lo sabes hacer y no sabes muy bien cómo has podido llegar hasta ahí. Porque no os engañéis, aquí no explica nadie nada. Todo se aprende a través de la observación y de repetirlo una y otra vez. 
El único que te explica un poco más es Asanuma, que utiliza metáforas muy didácticas, aunque le resulta muy difícil hablar y entender el inglés. En español ya sabe algunas palabras que le han enseñado los que aquí han venido, como por ejemplo ¡de puta madre! Hoy nos ha pedido que le instruyamos con alguna otra rica expresión en castellano. Mi compañero Javier le ha cedido una expresión argentina: ¡la puta que te pario!. Yo iba a rizar el rizo y le iba a enseñar 'no tengo el coño para farolillos' que es una frase muy utilizada en mi trabajo tanto por hombres como por mujeres. Pero he desistido al final. Demasiado complejo de explicar.
El caso es que como os decía aquí el método de enseñanza no tiene nada que ver con el que conocemos. Explicarte las cosas es ponértelo demasiado fácil, me decía Manuel, y así creen que no aprendes tan bien. Algunos de mis compañeros no llevan esto tan bien. Dos de ellos por lo visto se querían ir la primera semana. El problema es que este no es un buen lugar para principiantes. Hay que venir con ciertas ideas claras. Y aún así cómo dice mi compañero argentino, todos los días 'te cagan a pedos' . Oyakata no tiene paciencia. No la tiene ni siquiera para explicarte serenamente las cosas. Hay que tener eso claro desde el principio. Si lo entiendes y te adaptas al sistema, aprendes. Si te quejas de que no te explican nada, es un tiempo precioso que pierdes porque no estás trabajando.

Oyakata no se cansa de repetir que el futuro del bonsai en Europa es el shohin y de ahí para abajo. El bonsai barato, dice. El que se puede embalar fácilmente y mandar por correo vendiéndolo por internet. Básicamente lo que hace Asanuma. Es curioso por que al menos en España, cada vez se lleva el Bonsai más grande, que en mi opinión es más fácil que el pequeño. Para hacer buenos shohines hay que saber hacer bonsai por qué aquí los fallos se notan.
Hoy nos lo volvía a repetir mientras nos contaba que va a importar árboles a Brasil. 
Sin embargo al vivero solo entran señores de sesenta para arriba. Miran los árboles, se toman un te mientras charlan con Oyakata y compran algún árbol o lo dejan para que se lo trabajen. Y Oyakata, con un riñón de menos, un cancer superado, un tobillo a la virule, y que anda como un robot, pensando solo en países con un buen puerto comercial. 
Alex, otro compañero le decía que en Suiza lo que la gente quiere son árboles de flor, y no coníferas. Oyakata le respondió: no pienses en Suiza, piensa en Europa!

domingo, 28 de febrero de 2016

No wind

La verdad es que no me puedo quejar. Llevo dos semanas aquí y he hecho muchos trabajos ya. Y en árboles de calidad. Los más arriesgados, los que suponían tomar más decisiones por mi parte, he notado que Oyakata me los reservaba para hacerlos en árboles o de menos calidad o en árboles destinados a la práctica, que también los hay. He trasplantado juniperos, pinos, arces, pseudocydonias, manzanos, un caduco que Oyakata lo llamó árbol de los monos pero que a día de hoy no se no lo que es, ... He alambrado un montón, casi todo en cobre porque los caducos que he tocado apenas había que alambrarlos, he podado también mucho, y lo mejor de todo es que también he diseñado. En esto último cada día tengo las ideas más claras. Voy cogiendo el ritmo.
Lo que más he tocado son pinos, blancos y negros. Aquí en Japón lo que más se lleva son los pinos y los juniperos. Me decía Oyakata que más del ochenta por ciento de los árboles expuestos en la kokufu este año eran coníferas. Así que imaginaos aquí lo que mas se valora. Hemos hecho alfombras de aciculas, limpiando y aclarando. Y he tenido la oportunidad de hacer lo que aquí llaman tenaoshi, que consiste en rehacer el árbol, reordenarlo y volverlo a dejar bonito. En muchos casos, cuando el alambre no está clavado, se reordenan las nubes, se dividen los volúmenes cuando el árbol lo pide, utilizando el mismo alambre. En los casos en los que está clavado, y os aseguro que aquí el alambre se clava hasta el infierno, se quita el alambre con extremo cuidado, y se vuelve a alambrar para luego ordenar la rama.
Lo cierto es que venimos, al menos yo, con muchas ideas preconcebidas de las que poco a poco hay que deshacerse. Oyakata me pidió que podara un arce de dos troncos y que en los casos en los que fuera necesario, pusiera unos alambritos. De estos dos troncos, el más joven tenia una dirección muy marcada hacia la derecha. El más alto sin movimiento casi. Yo le dije que si no había que compensar la longitud de las ramas del árbol principal para acompañar el movimiento hacia la derecha del árbol más bajito. Why! me dijo, no wind, no direction! Y alzó los dos brazos extendiéndolos a la misma altura. Everywhere! añadió.
Quizás en las coníferas tiene sentido. Son árboles más 'torturados' por las inclemencias del tiempo. Además al conservar las hojas, el verde, el peso que tienen que soportar en invierno al nevar, marca mucho la dirección de la rama. En los caducos esto no pasa porque primero suelen estar en zonas menos altas, y segundo, al perder la hoja en invierno soportan menos el peso de la nieve. Vamos, digo yo...

viernes, 26 de febrero de 2016

¿Futuro?

Por lo visto aquí el bonsai tiene los días contados. Solo son personas mayores las que tienen interés en esto. Me dicen que en la kokufu solo había ancianos y extranjeros. Es decir, somos el futuro del bonsai simple y llanamente porque s los jóvenes japoneses esto no les interesa lo mas mínimo. No soy el único que opina que el problema es que aquí se ha mirado más por el dinero que por otra cosa. Es una lastima. Porque al fin y al cabo estamos hablando de arte.
El otro día, hablando con Oyakata de profesionales españoles, me dijo que el problema de German Gomez es que tiene buen corazón (literalmente), y que eso con los negocios no es compatible.
Odio esa firma de ver las cosas. Probablemente porque yo he sido un empleado toda la vida, supongo.  Pero soy de la opinión que esa es precisamente la causa del declive del bonsai en Japon. Tomemos nota.

lunes, 22 de febrero de 2016

Saitama

Ayer fuimos a Saitama a entregar varios lotes de árboles que serán exportados a Europa. Uno de ellos creo que iba para Bonsai Pavia, en España. La furgoneta iba hasta arriba de árboles. Delante íbamos Oyakata conduciendo, Javier el argentino y un servidor.
Lo bueno de este pequeño viaje de algo más de dos horas, es que tienes la oportunidad de ver otros viveros, que Oyakata recorrerá buscando algo que comprar.
Lo malo es que te toca descargar la furgoneta.
Alex, el checo, que ya ha ido varias veces con Oyakata nos aconsejó que tuviéramos cuidado porque suele dormirse al volante. Oh fuck! digo yo, y Alex dice yes, yes, riéndose. Javier me pregunta '¿manejas, vos?' Nunca lo he hecho por la izquierda, pero me arriesgo antes de que este hombre se me duerma al volante. Alex dice que imposible sin carnet japonés.
No sé si alguna vez habéis tratado de averiguar si un japonés se está durmiendo, pero os puedo asegurar que si no se le cae la cabeza es bastante complicado. Quedamos Javier y yo en darle palique en el viaje, pero él fue el primero en dormirse así que fue divertido.
Oyakata tiene un librito azul pequeñito en el están todas las direcciones y teléfonos de todos los viveros de bonsai. Los mete en el navegador de la furgoneta y vamos buscando. Solo hemos visitado tres, todos muy descuidados, viejos, nada que ver con Taishoen.
En uno de ellos el dueño me pregunta que si soy de España. Me dice que tiene sabinas españolas y me las enseña. Por lo visto Germán Gómez compra en este vivero, y otros profesionales españoles también, como Laos Garden.
En otro la gran mayoría de los árboles son azaleas satsuki. Oyakata dice que las azaleas no son populares en Japón porque como mucho duran 60 años, y la compara con la vida de un hombre, 100 años, dice. Además tampoco le gustan porque hay que tratarlas mucho contra enfermedades, los trasplantes son muy complicados por el tipo de raíz que tienen y dice que solo están bonitas cuando tienen flor. Le pregunto por los olivos y me dice que lo mismo, no popular in Japan. Dice que lo que si que quiere son sabinas españolas. Nos ha jodido, digo yo, como no me entiende...
El caso es que después de recorrer el último vivero, nos vamos con la furgoneta llena de akadama pero ni un solo árbol.
El camino de vuelta fue un pelin más emocionante y no hubo problema con que se durmiera. Aunque Javier le aviso de que debía hechar gasolina, Oyakata insistió en que llegábamos con la que había. En él tramo final recorrimos unos treinta kilómetros con la luz de reserva encendida. Yo me veía en mitad de la autopista, a las faldas del monte Fuji, buscando a pie una gasolinera. Oyakata decía que le latía el corazón muy rápido, y se reía, el muy cabronazo. En un momento dado señaló un pequeño monte, 'look, yamadori'. Javier y yo llorábamos de la risa, en un momento así y se fija en los yamadori.
Finalmente encontramos una y pudimos repostar. 'I have a God in my heart' nos dijo.
Madre mía que experiencia. Sal de tu zona de confort, decían, no tengas miedo, te irá bien, decían,...

domingo, 21 de febrero de 2016

Corta si dudas.

Asanuma san es un empleado del vivero. Se dedica principalmente a los árboles más diminutos, mames y minis, es decir, menos de 20 centímetros. Hace verdaderas maravillas. Se pasa todo el día en su taller con un fondo bajísimo de música clásica o jazz. Vamos la típica estampa del artesano japonés que lo único que le falta es ser un anciano. Se vende muy bien por lo visto este tipo de árboles aquí en Japón, sobre todo por internet. No sé qué edad tendrá, pero supongo que no más de 40.
El otro día estuvimos charlando un poco con el. Le preguntamos que a qué edad abrió Oyakata el vivero. Nos comentó que lo abrió a los treintaitantos años, y que antes de eso había abierto un restaurante en Shangai que no le fue bien, y un pequeño casino también. Y que además era muy aficionado al baile de salón , y que llegó a viajar por el mundo debido a esto.
Al rato, cuando todos ya nos habíamos reído bastante de este capítulo un tanto surrealista del maestro, se acercó y nos dijo que nos iba a aconsejar algo. En realidad fueron tres cosas las que nos dijo, para que nos fuera mejor a todos esta aventura.

1. Ama el bonsai.
2. Trabaja sin parar. Si paras, malo. Dedícale un tiempo todos los días.
3. Mira fotos de buenos árboles en buenos libros para inspirarte.

No hay que contentarse con observar cómo otros lo hacen. Tienes que meter mano tú mismo. Nos dio un ejemplo que se me ha metido en el torrente sanguíneo. Cuando tienes duda entre cortar una rama o no cortarla,  la mejor solución es siempre cortar. Si no lo haces el problema seguirá ahí, si lo haces tendrás que ponerte manos a la obra para intentar solucionar ese espacio vacío. Eso te hará evolucionar. De eso se trata, de ser valiente y convivir con el posible error. Esto último es de mi propia cosecha. Pero lo que no hay que hacer es pararse y esperar a que venga otro a decidir por ti.

Obviamente es una metáfora. No hay que empezar ahora a cortar ramas sin ton ni son. No sé si me entendéis.

viernes, 19 de febrero de 2016

Look for pot and show me

Hoy es el primer día que duermo del tirón. Menos mal porque al final del día acabas destrozado. Como es época de trasplantes, no se para. Ya he perdido la cuenta de los que he trasplantado. Antes de ayer, cuando estaba preparando la maceta para un arce shohin espectacular, poniéndole las rejillas a los agujeros de drenaje, el Oyakata me dijo 'small' señalando a una de las rejillas. Después me miró fijamente: 'you are kind'. Le di las gracias pensando que se trataba de un cumplido, pero añadió: 'and shy; be more agressive! Lo mismo le dice lo mismo a todo el que se queda corto con la rejilla pero el caso es que lo ha clavado.
De todos los trabajos que he hecho aquí, el que hice ayer fue sin duda el más gratificante. Cuando empezamos a trabajar después de limpiar, siempre hacemos lo mismo, seguimos al Oyakata mienttras recorre los estantes mirando los árboles lentamente con todos nosotros detrás. Cuando encuentra algo interesante te lo da y te dice lo que tienes que hace. En mi caso me dio un tanuki de itoawa un tanto feo y me dijo que le hiciera todo, que lo diseñará libremente. Por fin había llegado el momento. Respiré hondo y me lo llevé al taller de trabajo. Cuando lo acabé, a falta de una rama trasera que tenía que alambrar, se sentó en mi puesto a observarlo. Primero le echó un vistazo general, luego empezó a mirar las conexiones de los alambres. Y al final me soltó 'good job' y me hizo una puntualizacion sobre una parte en la que había puesto alambre de más. 'Now look for pot and show me'. Y ahí me ves a mí con el pecho hinchado recorriéndome el vivero para encontrar un maceta correcta para mi primer árbol cien por cien hecho por mí. Escogí una maceta sobria de cascada sin esmaltar y con los bordes muy suaves, sin ángulos muy marcados. Cuando me vio llegar alzó la cabeza apretando los dientes: 'bigger!'. Bigger? pregunté yo. Y otra vez a recorrer el vivero buscando otra maceta. Cuando la tengo se la enseño en la distancia y me vuelve a gritar lo mismo. Yo no entiendo nada, a no ser que quiera una maceta grande para favorecer el crecimiento, lo cual tiene poco sentido. El mismo sale y coge una más pequeña que la primera que le enseñe. 'This one! Now repot! Él jodio se refería a una más pequeña, así que me armo de valor y le corrijo el inglés: then, you  meant TOO BIG, NOT BIGGER. 'Too big' repite él. Así me gusta pequeño saltamontes, pienso yo pero no lo digo. Por lo menos ha escogido una igual en estilo que la que escogí yo. Así que estoy contento.